¿Ha encontrado su media naranja y busca un anillo de compromiso?

Anna: Estaba muy feliz y emocionada por la situación, pero que querías pedirme matrimonio… no, nunca antes habíamos hablado de casarnos.

Antonio: (sonriendo) Si hubiese hablado del tema, ya hubiese sabido la respuesta que me darías.

Anna: En todo caso, Toni había preparado un picnic. Unos antipasti y un poco de jamón con chapata y un tiramisú sensacional.

Antonio: El tiramisú es una antigua receta de familia. Yo ya sabía que después de probarlo no podrías decirme que no. (riéndose)

Anna: De repente, escondiste tus manos detrás de la espalda y me preguntaste: «¿qué mano prefieres?» Escogí una y era justo la correcta; y tuve el anillo enfrente de mí. Y ya no tuviste que preguntar más. ¡Directamente te di el Sí!

Katja: (riéndose) Lo que calculaste mal fue la temperatura del agua. Era un día soleado, pero es lo que tiene un lago de montaña y el agua estaba demasiado fría…

Jan: Tú ibas muy decidida, no me había llegado aún el agua al ombligo que ya estabas nadando. Yo no podía entrar más, el agua estaba helada. Tuve que hacer que vinieras hacia mí de algún modo y, por eso, empecé a gritar.

Katja: Nadé hacia él de inmediato porque pensaba que se había hecho daño. Y cuando llegué a su lado, me dijo: «¿Qué he pisado?»

Jan: Y así le di el anillo a Katja, le hice un pequeño discurso y le pregunté si quería casarse conmigo.

Katja: Y yo le dije que sí, ¡tres veces de hecho!

Sven: No soy un hombre de muchas palabras. Quería pedirte matrimonio pero no sabía bien bien cómo. Por eso, se me ocurrió esta idea.

Natascha: Se podría decir que sí. Estábamos contemplando las obras en las paradas de los artistas cuando perdí a Sven de vista. De repente, apareció y me dijo: Ven, dejemos que nos hagan
un retrato. Pensé que podría ser muy divertido y me dejé llevar.

Sven: Lo que no sabías es que yo había hablado antes con el artista.

Natascha: Sí, exacto. Pasemos unos cuantos minutos allí sentados quietos. Yo estaba muy emocionada para ver el resultado. Y superó todas mis expectativas, porque en el retrato Sven sonriente me estaba dando una cajita abierta con un anillo dentro. Y cuando me giré hacia él, ahí estaba, frente a mí con una cajita abierta con el anillo dentro…

El compromiso en Turquía se celebra con una fiesta alegre en la que los invitados ponen billetes y monedas en la ropa de la futura pareja de novios. Esto lleva suerte y fortuna.

En Holanda, el hombre se acerca con una cesta llena a su elegida. Si ella acepta el regalo de la cesta, se consideran comprometidos. Si no lo acepta, quiere decir que lo deja.

En Brasil, se celebra una despedida de soltera muy especial: Las amigas llevan regalos a la novia y esta tiene que adivinar qué son. Por cada regalo se le dan tres intentos. Si lo adivina, puede abrir el regalo.  Si se equivoca, debe quitarse una prenda de ropa y beber un chupito.